Son ya varios jueves en la terapia que algún miembro confiesa que ha tenido una recaída en el juego y/o alcohol. Una mala noticia siempre.

Lo primero te apenas por el compañero, piensas en lo jodido que es salir de esto y una vez hecho esto, al menos yo (y creo que todos), analizo el por qué…. y casi siempre se dan los mismos componentes.

El primero de ellos es saltarse la norma más sagrada: la de no tener acceso a cantidades de dinero importantes. Casi todos siguen la «norma de los 5 euros», que no es otra que disponer de 5 euros al día para los gastos imprescindibles. normalmente café y tabaco. Yo, por mi forma de vida no sigo ni esa norma pero algún día la seguiré, no tengo prisa. Sabido es que un jugador compulsivo no va a jugar con 5 euros. O se juega una gran cantidad o prefiere no jugar. Pues bien, lo normal es que se busque alguna excusa para disponer de más dinero, se abuse de la confianza de alguien, se coja el dinero de donde no se debe de coger…. y derechito a la máquina.

El segundo de ellos y para mí el más grave es no tomarse en serio la adicción, la enfermedad. Yo en un año y tres meses de terapia he faltado en 2 o 3 ocasiones, todas por trabajo menos una que fue por estar con gripe. En cambio estoy harto de ver pasar compañeros de terapia que faltan más que asisten. Es su problema, evidentemente, pero normalmente son estos los que cada poco acuden para contar alguna de sus recaídas.

El otro día les expliqué cual es mi opinión sobre la asistencia a la terapia. Es irrenunciable. Por desgracia para esta adicción no hay una vacuna, ni una pastilla ni un jarabe ni una inyección. La única forma de salir de ella es apoyándote en los demás, reconociendo tu problema ya asistiendo a las terapias de grupo y a las sesiones de psiquiatra y psicólogo. Y no hay más secreto a parte de tu voluntad. Pero tu voluntad para dejar el juego debe ser la misma que para acudir a la terapia: inquebrantable. Si no te lo tomas en serio o crees que no va contigo o crees que tú estás mejor que los demás compañeros del grupo… tarde o temprano recaerás. Lo tengo clarísimo.

Tuve la suerte de que el primer día que asistí a terapia, uno de los más veteranos que había, de nombre D., me dijo muy claro que desde ese día, a parte de la familia y el trabajo la asistencia a terapia era lo más importante en mi vida. Me quedó marcado a fuego y cumplo con esa enseñanza. D. era el jefe del grupo, me gusta llamarle así. Mi ejemplo. De alguna manera cada grupo necesita un líder, alguien a quien los demás le consideren un pequeño ejemplo a seguir y para mí ese fue y es D. que aunque le dieron el alta pasa por el grupo de vez en cuando. El otro día, recordándole y ante tanta recaida seguida fui yo quien quiso explicar al grupo la importancia que tiene asistir. Sí o sí.

comentarios
  1. Isabel dice:

    Ir a terapia es tu «pastilla», tu tratamiento.
    Si no dejas de tomarte la pasti de la tensiòn, tampoco tienes que dejar la terapia. Alli estas viendo lo que sucede cuando se interrumpe el tratamiento.

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